
Autoridades y profesores de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Talca, recibieron a los 15 estudiantes de Derecho Santiago que optaron por el traslado al Campus Talca, en el marco del proceso del cierre de su escuela.
Al respecto, el Director del CEDEP, Raúl Carnevali Rodríguez, explicó que “lo que uno puede apreciar es que en los últimos años se ha ido aumentando el recurso de la prisión preventiva, en circunstancias en que se pueden emplear otros mecanismos cautelares, otras medidas de aseguramiento de intervención en el proceso”. Algunas de las mencionadas durante el seminario fueron: la colocación del dispositivo electrónico de vigilancia, el arresto domiciliario, la prohibición de salir del país, entre otras.
Por su parte el Director de la Academia Nacional de Litigación y académico de la Universidad Alberto Hurtado, Leonardo Moreno Holman, destacó que la automatización de la prisión preventiva genera que “muchas veces el sistema procesa a personas que resultan siendo inocentes”, y destacó que en la realidad solo un 20 o 30% de las personas que estuvieron privadas de libertad, terminan siendo condenadas a una pena privativa de libertad.
Bajo esa línea, indicó que “esta cifra lo que nos demuestra es que hay una disociación total, es decir, de cada tres personas que están privadas de libertad bajo prisión preventiva, una sola de ellas es condenada a una pena privativa de libertad. Y la pregunta que tenemos que hacernos como sociedad es ¿por qué le privamos la libertad durante la realización del proceso, si en definitiva no fuimos capaces de condenarlo?”.
Finalmente, el Catedrático de Derecho Penal Pompeu Fabra, Ramón Ragues i Vallès, comentó que “en España se utiliza la prisión preventiva, no como último recurso, es verdad que en los últimos años se ha logrado reducir bastante el uso, actualmente un 17% de las personas que están en prisión son presos preventivos, pero yo creo que esa cifra se podría reducir más”.
Agregó que durante la presentación de su libro “La prisión provisional como última ratio” habla sobre ello en el libro “que con unos ajustes por parte del legislador y sobretodo con una interpretación correcta de los jueces, podríamos conseguir que el sistema de justicia funcionara igual utilizando menos la prisión preventiva que supone poner en prisión a personas que, en algunos casos, son inocentes lo cual es una decisión muy dramática y muy dura en un Estado muy respetuoso con las libertades”, expuso el académico.